Los primeros escritores de literatura romántica creían en el amor puro y verdadero de las relaciones, y muchas de sus obras se centran en historias de amor que trascienden todos los obstáculos, mostrando así una visión idealizada del amor y de las relaciones románticas.
Una de las obras más emblemáticas en este sentido es Romeo y Julieta de William Shakespeare, que sigue siendo uno de los textos más importantes en la historia de la literatura romántica y uno de los ejemplos más famosos de esa idealización del “amor verdadero y apasionado” o lo que es lo mismo un claro ejemplo de relación tóxica que termina en tragedia.
Esta historia de amor, en la que los personajes son capaces de enfrentarse a cualquier obstáculo para estar juntos y mantener su amor vivo hasta el punto de elegir el suicidio antes que vivir separados, ha sido fuente de inspiración para muchos escritores de novela romántica y considerada un ejemplo de amor verdadero, aunque más bien debería ser percibida como una advertencia de las consecuencias que puede acarrear una relación tóxica y de cómo la obsesión y la dependencia emocional pueden convertirse en una fuerza tan destructiva capaz de llevarte a tomar decisiones impulsivas con consecuencias tan fatales como el suicidio.
Sin embargo, como todo en la vida, las relaciones sentimentales y la concepción de estas va evolucionando. Durante la década de 1920 y 1930 la literatura modernista comenzó a cuestionar la idealización del amor romántico, presentando relaciones más complejas y problemáticas. En la década de 1950 y 1960 comenzamos a ver relaciones más libres y sin compromisos, nos comenzamos a encontrar obras que reflejan la liberación sexual y la liberación de las normas tradicionales de la sociedad.
En la década de 1990 y 2000, la literatura de chick lit y la literatura romántica contemporánea retomaron el tema de las relaciones románticas, aunque sin llegar a los extremos de Shakespeare. Pese al enfoque más divertido de estas obras y a que tratan sobre relaciones sentimentales más realistas y cotidianas, retoman la idea del amor romántico que puede con todo. En ellas encontramos a protagonistas cuya única lucha o desafío a lo largo de la novela es encontrar a un hombre con el que casarse y ser felices para siempre.
En la actualidad, encontramos novelas románticas contemporáneas más complejas y realistas en las que se puede apreciar la evolución que han experimentado las relaciones sentimentales a lo largo del tiempo, puesto que tanto la sociedad como sus valores han cambiado. No obstante, la literatura romántica sigue ofreciéndonos una visión intensa y apasionada del amor y aunque cada vez son más las novelas que exploran nuevas formas de expresión y conexión emocional entre los personajes, este género sigue careciendo de novelas que reflejen la importancia de la individualidad y la libertad de elección en el amor, rompiendo con las normas sociales y expectativas preconcebidas sobre cómo deben ser las relaciones.
Aunque aún quedan vestigios de lo que fue la literatura romántica y lo que ha sido a lo largo de los años, cada vez son más autores los que exploran otros aspectos como por ejemplo la realización profesional y personal de la mujer más presente que nunca en la literatura contemporánea. También se sigue tratando el tema de las relaciones tóxicas, pero de una forma más explícita y directa con un enfoque crítico y realista que muestra cómo estas pueden afectar negativamente a las personas y su bienestar emocional. Este tipo de novelas son una fuente de conciencia y una herramienta para ayudar a los lectores a reconocer y salir de este tipo de relaciones. Un claro ejemplo muy actual de este tipo de novela romántica contemporánea, muy bien tratado, sería Romper el círculo de Colleen Hoover.
Factores que han determinado el cambio en la literatura romántica
La lucha por igualdad de género y derechos para las mujeres ha tenido sin duda un impacto significativo en la forma en que se representan las relaciones sentimentales en la literatura romántica contemporánea. La mayoría de autores contemporáneos tratamos de mostrar relaciones más igualitarias y en las que ambas partes tienen voz y voto en la toma de decisiones.
El feminismo ha llevado a una mayor representación de las mujeres en la literatura en general, donde antes eran a menudo retratadas como objetos de deseo o como damiselas en apuros. En lo que se refiere a la literatura romántica contemporánea, el feminismo también ha influido en la representación de las relaciones más saludables y equilibradas, y ha contribuido a comprender otros modelos de relaciones amorosas no tradicionales.
La tecnología, aunque no lo parezca, también ha influido en la evolución de las relaciones románticas en la literatura. La forma en que nos conectamos ha cambiado drásticamente con la popularidad de las aplicaciones de citas, de mensajería instantánea o las redes sociales. Ahora es más fácil conocer a alguien nuevo y estar en contacto con esa persona, incluso en largas distancias.
Sin embargo, no todo es positivo, muchas de estas aplicaciones nos han llevado en muchos casos a mantener una apariencia perfecta, a compararnos con otras personas y a tener acceso a una gran variedad de potenciales citas y eso se traduce, por un lado en falta de autenticidad en las relaciones y, por el otro, a tener una sensación constante d querer encontrar a alguien mejor.
Y con todo esto me surge una gran pregunta: ¿es la literatura romántica lo que ha catalizado nuestra visión del amor o es un mero reflejo del cambio de percepciones y experiencias amorosas a lo largo de la historia? Quizá me anime a darle respuesta en otro artículo, hasta entonces ¿qué opinas tú?